LAGUNAS ESTEPARIAS DE
LA HOYA DE BAZA
Un importante valor de
nuestro rico patrimonio natural
Texto y Fotos de
Agustín Orduña y José Ángel Rodríguez*
En la primavera del año 2010,
adquirió cierta notoriedad, la formación
de una importante lámina de agua, que ocupaba una extensión superior a
las 10 hectáreas en las inmediaciones de la carretera local que une Baza y
Benamaurel, en un punto intermedio entre el núcleo de población de El Baíco y
el Río de Baza, en el paraje ilustrativamente conocido como La Laguna, en
alusión a sus características naturales y pretérita presencia de agua en el
lugar. Este fenómeno, llamó la atención particularmente por la presencia de una numerosa colonia de aves acuáticas que
se habían establecido en el lugar, con especies limícolas como archibebes, andarríos,
chorlitejos chicos, aunque la más abundantes eran las cigüeñuelas (Himantopus himantopus), pero entre
todas destacó la excepcional presencia en el lugar de flamencos comunes (Phoenicopterus roseus) que en paso
migratorio escogieron esta laguna salina para descansar.
Flamencos
fotografiados en la primavera del año 2010 en el Humedal del Baíco
En un principio se pensaba que el
agua se había acumulado de este modo por las excepcionales lluvias de ese año,
particularmente en el invierno 2009/2010, que sin ser excepcional, fue muy
lluvioso. Pero el seguimiento de su evolución tras una serie de trabajos de
campo, puso de manifiesto un dato muy relevante como era el de que el aporte de
sus aguas no estaba condicionado por el agua de lluvia, sino que el agua manaba
de forma natural en todo este paraje a lo largo de todo el año, aunque en mayor
medida durante el invierno-primavera, y el agua que aquí nacía de modo natural y
que presentaba una moderada cantidad de sal, por lo que no era apta para el
riego, estaba siendo extraída ilegalmente mediante sangradores para que no se
formaran las lagunas que históricamente habían dado nombre al paraje. Pudiendo
comprobarse en el seguimiento que se hizo del recorrido de estos sangradores o
canales de evacuación de las aguas que nacían allí naturalmente, que este agua estaba
siendo irregularmente vertida al Río de Baza, mediante unos zanjones de grandes
dimensiones interconectados entre sí que finalmente desembocaban al Río de
Baza, por las inmediaciones del paraje conocido como Cuevas del Rey, donde
evacua un caudal estimado en torno a 1.000 litros/segundo.
Zanjón de drenaje a la altura de las Cuevas del Rey, en un punto próximo a su desagüe al Río de Baza y en el que es apreciable la cantidad de agua que lleva.
Vídeo sobre el reportaje emitido en el programa Tierras Altas de Canal Sur-2 TV sobre esta problemática el 9 de marzo de 2011 y que conserva plena actualidad:
PUEDE VISIONARSE EN EL SIGUIENTE ENLACE:
https://www.facebook.com/video/video.php?v=156090514448658&comments&ref=mfLos trabajos de campo que en los meses posteriores se llevaron a cabo, pusieron de manifiesto como nos encontrábamos ante un humedal de más extensión e importancia de la que podíamos imaginarnos hasta la fecha y lo que era más importante, el conjunto del humedal se mantenía vivo, con gran vitalidad y una enorme capacidad de carga y recuperación natural, sin que hubiera podido ser eliminado, pese a los numerosos intentos de desecación que se han venido produciendo sobre el mismo y su entorno en los últimos 30 años, aunque sí habían eliminado de un modo definitivo algunas de sus históricas y tradicionales zonas.
En la información que entonces se
pudo recopilar, con algunos testimonios de antiguos vecinos de la zona, que
fueron muy valiosos para nosotros para poder reconstruir la reciente historia
de este lugar, entre los que destacamos, por cuanto nos ha aportado y ayudado a
su mejor conocimiento, el de Gregorio Martínez Moreno, pudimos llegar a conocer
como toda la zona de este paraje, a principios del pasado siglo, era mayoritariamente
inundable, contando con una lámina de agua más o menos permanente durante todo
el año. Su extensión a principios del S. XIX podía estar en torno a las 200-500
has, o ser incluso notoriamente superior. Fue a principios de pasado siglo
cuando se llevó a cabo el primer intento histórico, y del que se tenga
conocimiento, de desecación de la zona, que se consideraba en aquel entonces un
foco insalubre y sin valor agrícola alguno, para lo que se utilizó la ayuda de
bueyes de tiro que vinieron desde el norte de España en tren, y con los que se
abrieron las primeras zanjas de drenaje dejando reducido el humedal
aproximadamente a la mitad de su originaria extensión, levantándose de forma
artificial el nivel del suelo y llegando a construirse algunos cortijos dentro
de lo que era la originaria zona lagunar, la que quedó muy mermada en su originaria
configuración de forma que en el conjunto de la zona quedaron 3 lagunas, una
que se emplazaba en la parte más superior del paraje (la zona más próxima al
Baíco, en las inmediaciones del lugar por el que en la actualidad discurre el
Canal de Jabalcón), que era la de mayor extensión y ocupaba unas 30 has. de
zona de inundación y encharcamiento y que era conocida como la Laguna Grande,
otra que se emplazaba en una cota ligeramente inferior, en dirección al Río de Baza,
que tenía una extensión en torno a las 10 has. y que era conocida como la
Laguna Chica y otra localizada en un plano más bajo con respecto a las dos
anteriores, más próxima aún a la zona del Río de Baza y que se conocía como La
Lagunilla, con unas 2 has de zona inundable y que era la de mayor
estacionalidad.
Lo que pasó a ser conocido como
Humedal del Baíco, coincidía con la localización que tuvo la llamada Laguna
Chica, habiendo desaparecido de forma definitiva la Lagunilla, mientras que
toda la zona de la Laguna Grande está actualmente llena de zanjas de drenaje o sangradores, por los que mana el agua de forma
abundante a lo largo de todo el año lo que impide que se forme una lámina de
agua en el lugar, habiendo quedado en la zona un Criptohumedal salino (1) en la
que denomina una vegetación halófila de un alto valor botánico, con muchos
elementos endémicos.
Trabajos posteriores en otros
enclaves de la Hoya de Baza, cuya localización por ahora no vamos a desvelar, y
que nos han sido de particular utilidad al no estar evacuándose de los mismos
de forma artificial el agua, como se está haciendo en todo el conjunto lagunar
del llamado Humedal del Baíco, lo que nos ha permitido conocer su dinámica
natural y evolución a lo largo del año, han puesto de manifiesto como la
vitalidad de estos lugares es tal que incluso en años muy secos, como ha sido
el invierno 2011 y el invierno-primavera de 2012, se han seguido formando
lagunas salinas de forma natural, con acumulación de hasta 2,50 metros de
altura en el agua en la etapa húmeda.
En una de estas lagunas hemos
llevado a cabo un intenso y riguroso trabajo de catalogación y documentación
fotográfica de todas las especies de vertebrados presentes en este lugar. Para
nuestra sorpresa, la vida que hemos podido catalogar en este lugar, hasta
ahora en una lista que sigue abierta, era inimaginable hace poco tiempo. Habiéndonos
visto sorprendidos ante las singularidades, vida y vitalidad de estos lugares,
que bien pueden merecer su urgente protección y puesta en valor.
ACCESO AL TEXTO COMPLETO DEL REPORTAJE:
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