martes, 7 de julio de 2009

PARQUE NATURAL SIERRA DE BAZA

Unos breves apuntes sobre este espacio protegido, localizado en la zona oriental de la provincia de Granada



Arquitectura popular en la Cañada del Gitano

El Parque Natural Sierra de Baza, se localiza en el sureste de la provincia de Granada, en el límite con la de Almería, se encuentra rodeado por el entorno semiárido de las Depresiones de Guadix-Baza, junto al que se eleva el macizo montañoso de la Sierra de Baza, una masa verde, de mayor humedad y precipitaciones a la de los terrenos de la altiplanicie que la circunda, haciendo de este lugar lo que con acierto ha sido definido como isla bioclimática.

El Calar de Santa Bárbara, con 2.269 metros de altitud, es la cumbre de este Parque Natural, que fue declarado espacio natural protegido por la Ley 2/1989, de 18 de julio, por la que se aprueba el Inventario de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía y se establecen medidas adicionales para su protección, contando con una extensión total de 53.649 ha, distribuida entre los términos municipales de Baza, Dólar, Gor, Caniles y Valle de Zalabí.

El Parque Natural Sierra de Baza se caracteriza por su elevada heterogeneidad, que hace de este espacio natural un lugar de gran riqueza y variedad botánica y faunística, en el que el paisaje, particularmente modelado por el hombre, que lo ha habitado desde hace al menos 7.000 años, del que quedan el testimonio de más de 30 aldeas, de ellas solo unas pocas habitadas en la actualidad, constituye un elemento fundamental y definidor del paisaje, que se presenta muy antropizado, confiriendo a este espacio protegido una marcada identidad como territorio dentro la región mediterránea, con una arquitectura popular muy singular, aunque en franco riesgo de desaparición, por la rigorista y obsoleta normativa urbanística de este Parque Natural. (Puede ampliarse información AQUÍ).

Una isla botánica rodeada por un entorno estepario


Área Recreativa de La Canaleja Alta en invierno


Uno de los ecosistemas de más alto valor en la Sierra de Baza es el de los pinares autóctonos de alta montaña, o del piso oromediterráneo. Dos especies arbóreas de pináceas, son las que componen fundamentalmente estos pinares: Pinus sylvestris, subsp. nevadensis y Pinus nigra, subsp. Salzmannii.Los pinares de pino silvestre de la Sierra de Baza, junto con los de Sierra Nevada, son conocidos como "pinares relícticos de pino silvestre". De la importancia e interés ecológico de estos pinares y en particular del Pinus sylvestris, nos da una idea el hecho de que este árbol ha sido elegido para figurar en el logotipo oficial del Parque Natural Sierra de Baza que simboliza este espacio protegido. No siendo de extrañar que estos pinares autóctonos de alta montaña colmen de satisfacción a todo buen montañero y a aquellos aficionados a la naturaleza, que sepan disfrutar con su contemplación.





Pinos silvestres en invierno

Como monte propiamente mediterráneo la encina, ocupa en esta Sierra todos los pisos bioclimáticos, excepto el oromediterráneo, y se extiende desde la zona basal (900 metros) hasta 1.800-1.900 en que asciende en determinadas solanas como La Carrasquilla o El Cerro de la Virgen, al Sur del Calar de Rapa, donde alcanza la mayor altura topografiable. El sustrato sobre el que se asienta la encina, va a condicionar de forma fundamental el tipo de encinar. De manera que, por la riqueza edafológica de la Sierra de Baza, no encontramos un sólo tipo de encinar, sino que son muy variados y con peculiaridades muy específicas, pudiendo hablar de encinar silicícola y encinar basófilo (en función del suelo), y dentro de éstos a su vez de encinar mesomediterráneo y supramediterráneo (en función de la altitud, o piso bioclimático donde se localiza).

Otoño en los bosques galería de la Sierra de Baza (Arroyo Morax)
No podemos olvidar en esta breve reseña los bosques galería, los que suelen constituir islas biogeográficas, caracterizados por poseer una flora y fauna compuesta por un gran número de especies ausentes, o de difícil localización, en los espacios exteriores a los bosques ripícolas. En el interior de estos bosques se experimenta un incremento de la humedad relativa del aire, debido a la evapotranspiración de agua desde las superficies vegetales y desde el suelo. También es diferente la temperatura al medio que los rodea, siendo menores las oscilaciones térmicas. Todo lo cual produce un microclima especial en estos bosques, que adquieren su mayor colorido en otoño, cuando sus caducifolios se visten de colores antes de la caída de la hoja.

Fauna de vertebrados



Ardilla roja (Sciurus vulgaris)

La actual fauna de vertebrados es la propia de los ecosistemas mediterráneo, estando catalogadas más de 40 especies de mamíferos, de las que hay que resaltar el grupo de los quirópteros, ya que suponen un núcleo de alta diversidad para este grupo que cuenta con once especies en este espacio natural protegido catalogadas hasta ahora, en una lista que no está cerrada: Rhinolophus ferrumequinum, Rhinolophus hipposideros, Rhinolophus euryale, Myotis emarginata, Myotis nattereri, Myotis myotis, Pipistrellus pipistrellus, Pipistrellus pygmaeus, Hypsugo savii, Plecotus austriacus, Barbastella barbastellus y Miniopterus schreibersii.

Entre los mamíferos con interés cinegético se encuentran el ciervo (Cervus elaphus) y el jabalí (Sus scofra),junto con pequeños mamíferos de la familia de los lagomorfos como el conejo (Oryctolagus cuniculus) y la liebre (Lepus granatensis) que presentan poblaciones escasas, detectándose un mayor número en las zonas con baja densidad de pinos. Con respecto a la cabra montés (Capra pyrenaica), reintroducida en los años ochenta, por ahora su explotación cinegética todavía es inviable para la caza, aun cuando adorna el paisaje y cada vez se divisa más en este territorio.

También están presentes mamíferos carnívoros como la gineta, garduña, gato montés comadreja o el turón.

Una fauna de aves heterogénea y muy bien representada


Herrerillo común (Cyanistes caeruleus)

Las aves es otro grupo que está también muy bien representado en el Parque, con 143 especies  catalogadas hasta ahora, en las que se incluyen especies sedentarias, estivales, invernantes y de paso, que conforman al catálogo de aves presentes en esta zona.

A esto hay que unir 8 especies de anfibios, entre los que destaca el sapo partero bético (Alytes  dickhilleni), un pequeño anfibio poco conocido y  recientemente descrito para la ciencia, que lleva una vida discreta en las montañas del sistema bético. La Sierra de Baza constituye un enclave de vital importancia para su conservación. Finalmente destacar la fauna de reptiles, con 17 especies presentes y que completan el catálogo de vertebrados.




MÁS INFORMACIÓN EN:
Revista Digital Sierra de Baza https://sierradebaza.org/

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