sábado, 12 de marzo de 2011

CORMORÁN GRANDE (Phalacrocorax carbo)






Ejemplar adulto de cormorán grande en las aguas del Pantano del Negratín (Granada), en la comarca de Baza, en el que el agua adquiere un peculiar y característico color verde esmeralda por la alta presencia de sales de yeso en él disueltas

También conocido con el nombre de cuervo marino es un ave marina de gran tamaño, que puede alcanzar los 90 centímetros, que cada vez ha pasado a ser más frecuente en las aguas interiores ibéricas, siendo un visitante tradicional de los grandes pantanos y cursos de agua, bien dotados de peces, donde encuentra su alimento, siendo capaz de engullir su propio peso en peces cada día. Su presencia en las aguas interiores es más frecuente en la época invernal, donde se desplaza para pasar la época más fría del año desde sus territorios de cría en el Mar del Norte y en el Atlántico, donde habita en acantilados rocosos y marinos, aunque ya se han constatado ejemplares que se quedan aquí para nidificar siendo residentes habituales durante todo el año.

Cormorán grande (Phalacrocorax carbo) con las alas extendidas secándolas

La generalidad de las aves acuáticas están dotada de la llamada glándula uropigial, que está situada en la base de la cola y segrega una grasa que las aves se extienden por su plumaje cuando se acicalan, haciéndolas impermeables al agua sus plumas. Como el cormorán carece de estas glándulas, sus plumas no pueden impermeabilizarse, por lo que al mojarse aumenta el peso del pájaro que les permite hundirse más rápido y bucear con facilidad, como si estuviera lastrado, como hacen los submarinistas que se colocan un cinturón de plomo para facilitar su descenso y equilibrio dentro del agua, pero una vez en tierra para poder seguir volando con normalidad necesitan recuperar la calidad de su pluma y eliminar el exceso de agua de éstas, y para secarlas extienden las alas de una forma muy característica en esta especie y que refleja esta imagen, que representa a un ejemplar adulto de cormorán grande (Phalacrocorax carbo) con las alas extendidas secándolas (popularmente se llama "crucificado"), y de fondo las características aguas de color verde esmeralda del Pantano del Negratín, en la provincia de Granada.



Cormoranes nadando por la superficie del agua

El cormorán grande es pesado, más cuando está mojado, por lo que se hunde mucho en el agua cuando nada, por lo que tienen una línea de flotabilidad muy baja, de modo que su cuerpo queda casi completamente sumergido, lo que compensa estirando su largo cuello, adoptando una curiosa forma que nos recuerda los periscopios de los submarinos.


Cormorán arrancando el vuelo

El vuelo del cormorán grande es muy característico. Cuando arranca a volar prácticamente corre sobre la superficie del agua y cuando alcanza la velocidad de vuelo comienza a planear muy cerca de la superficie.

Cormorán en vuelo en su característica posición de planeo en el agua.

Cuando quiere posarse en el agua "aterrzia" sobre su superficie, caminando sobre ella con las alas abiertas, para frenar su velocidad, hasta detenerse lo que hace de una forma muy ruidosa y llamativa.

Cormorán en maniobra de aterrizaje
Para bucear e introducirse en el agua en busca de sus presas, se posa en el agua y levanta las patas y la cola fuera del agua, para tomar impulso, lo que le permite sumergirse con gran agilidad.


Impresionante y numeroso grupo de unos 30 ejemplares de cormorán grande en las aguas profundas del Pantanto Negratín en la Hoya de Baza (Granada), mientras unos navegan por el agua otros se sumergen a la captura de peces.

Especies presentes en la Península Ibérica

Dos son las especies de cormoranes que podemos localizar en la Península Ibérica: el cormorán grande (Phalacrocorax carbo), especie de la que nos hemos ocupado en las anteriores imágenes y el cormorán moñudo (Phalacrocorax aristotelis), de menor tamaño y exclusivamente limitado a algunos concretos enclaves costeros y con excepcional presencia en el interior. La diferencia entre una y otra especie es fácil apreciarla, no solo por el tamaño de una y otra ave, sino particularmente por algunos otros detalles anatómicos como son la inclinación que presenta la frente en una y otra ave, así mientras que en el moñudo forma un ángulo recto con el pico en el grande es más horizontal. El pico es también diferente, en el grande es más corto y recto, con la punta muy ganchuda, mientras que el moñudo es más largo y fino, y menos ganchudo.

El moño, que le da nombre genérico a la especie (cormorán moñudo) es más visible en los ejemplares del Norte de Europa que en los del Mediterráneo y tan solo lo tiene el ave en primavera y los primeros meses de verano, cuando coincide con el cortejo sexual.


 

Vista frontal de un inmaduro de cormorán grande, en la que se aprecia las manchas blancas de su pecho y  vientre que no tiene los ejemplares adultos.
Cormorán moñudo (Phalacrocorax aristotelis).

Esta foto, en la que es perfectamente apreciable las características patas del ave adaptadas al agua, está tomada en los acantilados de Cabo Cope (Murcia), desde una embarcación. En este lugar se localiza una importante población de esta peculiar ave acuática entre la franja litoral de Cabo Cope y la Isla del Fraile.



Cormorán moñudo, en el que es apreciable su pico fino y ganchudo así como que tiene la frente inclinada, al tiempo que cuenta con la característica cresta que le da nombre común a la especie, la que se forma en primavera-verano. Imagen tomada en la Isla del Freile, en la provincia de Murcia, en el Mediterráneo en el mes de agosto-2012 

© José Ángel  Rodríguez