CURIOSIDADES
ECOLÓGICAS: MIRADAS EN EL MUNDO ANIMAL
Depredadores y
víctimas
Por José Ángel Rodríguez
Ojos de un loboibérico (Canis lupus signatus) un claro depredador.
En el mundo del reino animal se pueden hacer muchas clasificaciones de los
seres vivos que lo integran. Una de ellas atendiendo a su alimentación en
depredadores y víctimas. El depredador es el que busca y captura a otro para
alimentarse de él. En el reino animal, los depredadores se valen de la caza
para capturar a su presa; escondidos entre la maleza aguardan a sus presa, las víctima, o
bien se acercan cautelosamente y saltan sobre ella. Para todos estos animales
matar es sinónimo de vivir, y no es para menos, necesitan de alimento para su
existencia, utilizando métodos brutales e implacables para cazar a sus
víctimas, cada uno posee un conjunto de "armas", que le ayudará a
conseguir su presa, tales como: poderosos dientes y colmillos, fuertes garras o
venenos mortales o paralizadores, entre otros medios de ataque, que utilizan
para inmovilizar a sus víctimas y así hacerlas más vulnerables a sus ataques.
Técnicas de caza de los depredadores
Comadreja
(Mustela nivalis), un carnívoro pequeño y huidizo, de cuerpo alargado y esbelto,
que cuando caza se mueve de forma rápida y silenciosa. Cuando avista una presa,
se acerca en silencio, la ataca, la inmoviliza con las patas y la mata
mordiéndole la nuca con su potente dentadura y luego las arrastra a un lugar
seguro que usa como despensa para devorarlas con tranquilidad.
Los depredadores han desarrollados dos técnicas fundamentales para
acercarse a sus víctimas: el acecho
y la persecución. En la técnica del
acecho, aguardan hasta que la presa está cerca y lanzar su mortal ataque, aquí
podemos citar ejemplos como el de los felinos (gato montés, por ejemplo). En la otra técnica, la de la persecución, los depredadores buscan de manera activa a
sus presas, ya sea colectivamente, como los lobos,
o en solitario, como hace la gineta,
un animal que cuando caza es vibrante, ágil, silenciosa y constituye todo un
espectáculo de vitalidad y precisión. Su olfato y oído son muy finos, puede
trepar muy bien por los árboles en busca de sus presas, pudiendo saltar de unas
ramas a otras, buscando el equilibrio con la cola, con increíble agilidad. Al
igual que el gato montés, captura a sus presas con las garras, las que cuentan
con uñas retráctiles que guarda para las ocasiones vitales dentro de unas
vainas. Las presas de mediano tamaño de la gineta suele morderlas en el cuello,
devorándolas tras la muerte de la víctima.
También utilizan la técnica de la persecución los mustélidos, como la comadreja,
el turón
o la garduña,
que acechan, o bien persiguen, a sus víctimas hasta que las acorralan y cuando
no pueden escapar les atacan. Aunque hay otras conductas intermedias, que
podemos denominas como oportunistas, en las que se suelen aprovechar de los
ejemplares más debilitados o indefensos para darle captura, como es el caso de
los zorros,
una especie que si bien es sociable, especialmente en la época de cría, en la
que se forman grupos matriarcales, dominados por la hembra paridera, con la que
colaboran en la cría otras hembras no madres (las llamadas niñeras) o incluso
zorros no progenitores, que aportan su alimentación al grupo, los zorros
mantienen técnicas de caza individuales, en la que se valen fundamentalmente de
su popular y conocida astucia.
La cadena alimenticia: carnívoros -
herbívoros
Ciervos en huida, una de las técnicas
que utilizan los herbívoros para escapar de los carnívoros
Los depredadores sólo existen gracias a los herbívoros, que deben
encontrarse en mayor cantidad dentro de un ecosistema para que éste permanezca
en equilibrio. Son las víctimas de la depredación, y para sobrevivir han
desarrollado defensas naturales para mantenerse a salvo. Unas técnicas comunes
que utilizan los animales para defenderse de sus depredadores son el mimetismo y la huida, cualidades que permite al animal confundirse con su
ambiente gracias al color o a la forma que adoptan, en el primer caso, o huir
tan pronto detectan su presencia, para mantenerse alejado del atacante,
guardando lo que se llama “distancia de seguridad”. Y es aquí donde unos y
otros han desarrollado unos rasgos anatómicos muy peculiares, en los que vamos
a detenernos prestando particular atención en los ojos, el sentido de la vista.
El posicionamiento de los ojos en el
rostro diferencia a los depredadores y a las víctimas
Jabato (joven jabalí) en el que se puede apreciar el claro
posicionamiento de sus ojos, en los laterales de la cabeza
Muchos estilos de depredación implican haber resuelto el problema de
detectar a presas pequeñas, muy móviles o simplemente activas durante la noche,
cuando la luz disponible es pobre o inexistente. Es por ello por lo que los
ojos de muchos depredadores están finamente adaptados para resolver este
problema: por ejemplo, la retina de los felinos que acechan de noche puede
abrirse para ocupar casi toda el área disponible del ojo y dejar pasar un
máximo de luz. Pero posiblemente sea el posicionamiento de los ojos lo que más
diferencia a una víctima y a un depredador, ya que los depredadores suelen
tenerlos en la parte frontal del rostro, en la posición idónea para lanzar el
ataque frontal, como se aprecia en la imagen del lobo que ilustra este
artículo, mientras que las víctimas los suelen tener en los laterales de la
cara, para detectar con el mayor campo
de visión posible los ataques y amenazas que reciben desde uno y otro lado.
Ejemplos ilustrativos de ellos son el posicionamiento de los ojos en animales
víctimas como los jabalíes,
los ciervos,
las cabrasmontesas, ardillas,
ovejas,
cabras,
vacas,
caballos
o en los conejos,
por citar algunos ejemplos.
Esta
regla del posicionamiento de los ojos, también se da en las aves
DEPREDADOR: Búho real (Bubo bubo) otro consumado depredador, que tiene los ojos situados de forma frontal.
PRESA: Arrendajo (Garrulus glandarius) comiendo maíz, donde se aprecia el posicionamiento de los ojos claramente a los
lados de la cabeza.
Las aves
no son ajenas a estas reglas del posicionamiento de las miradas que diferencian
claramente a los depredadores y las presas o víctimas, aunque tienen algunas
peculiaridades, como son las de que los ojos de las aves son relativamente
mucho más grandes que los de los mamíferos, en comparación con su cuerpo, lo
que es debido a que el ojo de las aves es un órgano más perfecto y mejor
adaptado a desenvolverse en el medio natural. De hecho, para mejorar su visión,
las aves cuentan con una mayor
cantidad de células receptoras de luz en la retina, lo que les otorga
mayor nitidez y
capacidad para diferenciar los tonos
de los colores (por ejemplo un insecto verde posado en una hoja que
le sirva de alimento). Pero en cualquier caso las aves también mantienen la
regla de los depredadores-víctimas de los carnívoros-herbívoros, en lo que
respecta al posicionamiento de los ojos, que venimos comentando: depredadores
(rapaces diurnas o nocturnas) ojos al frente de la cara y víctimas (resto de
aves: insectívoras, frugívoras, granívoras, etc.) ojos a los lados de la
cabeza.
Nuestros
perros, también nosotros, somos depredadores
Perro doméstico caminando entre la
nieve en la clásica posición de los depredadores.
Finalmente comentar que el perro (1), como ancestro del lobo,
uno de los más perfectos cazadores, aunque ahora sea un animal doméstico,
también tiene los ojos frontales, al igual que
los humanos, los que también tenemos los ojos situados a nuestro frente,
apenas separados unos centímetros uno del otro, como los típicos depredadores
¿o es que alguien duda de que somos el más puro y mortífero depredador que
habita sobre la tierra…?
José Ángel Rodríguez
1. La mirada de los
perros tiene importantes diferenciaciones con la mirada humana. Por la posición
de sus ojos en la cabeza, en comparación con la nuestra, ellos
cuentan con un campo visual de 240 grados, al lado de los 200 grados de los
humanos. Sí le ganamos en agudeza visual, que depende de la córnea y el
cristalino, lo que nos permite alcanzar más distancia, de modo que se ha
comentado como ejemplo que lo que nosotros podemos ver a 20 metros, un perro
tiene que tenerlo a menos de 6 metros. Pero esta menor capacidad visual la
superan notoriamente con la capacidad
olfativa, capaces de identificar objetos, animales, etc., a centenares de
metros, sin necesidad de verlos.